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13/Nov/19

Frederic Llordachs: «Me resisto a pensar que no es posible tratar mejor al paciente»

[Nota del entrevistador: ¿Es esta entrevista demasiado larga? No lo creo. Es interesante y sincera. Es relevante y vale la pena leerla. Dejemos de intentar cambiar el mundo en un tuit. Queremos aprender de los mejores; en Ticbiomed les damos la libertad para expresarse. La transformación digital de nuestras organizaciones merece 5 minutos de nuestro tiempo.]

 

Es un médico y un empresario todoterreno. Frederic Llordachs-Marqués (Barcelona, España) es un innovador nato, cofundador y socio de Doctoralia, la plataforma global líder que conecta a profesionales sanitarios con pacientes en más de 20 países. Además, es director de salud digital de ACES, colaborador de ESADE, líder de Health 2.0 Barcelona chapter, embajador del Barcelona Health Hub, mentor de startups, esposo y padre de dos hijos.

Hoy en nuestra recién estrenada sección A leader in 7 questions, estamos encantados de cederle la palabra a Frederic, el «predicador» de la salud digital.

 

1. ¿Quién está liderando la transformación digital en salud? ¿Quién debería realmente liderarla? 

En la salud digital están mandando los pacientes, que son quienes exigen lo que ven que está funcionando otros sectores. Este es parte del problema; en cualquier otro sector tienes las herramientas digitales a tu alcance con total normalidad y tranquilidad, pero en salud nos da miedo. ¿Quién debería estar liderándolo? El sector, es decir, los profesionales sanitarios, los médicos, los centros, las aseguradoras… Sin embargo, el sector está un poco a verlas venir, aunque parece que empiezan a despertar. 

Por ejemplo, en Doctoralia hace 10 años que estamos funcionando, llevo 5 años hablando con aseguradoras y nadie me ha hecho ni caso. ¿La respuesta? No, bueno, esto ya veremos…  Todo el mundo irá viendo, pero, mientras, los pacientes lo usan y esa es la clave. Si haces algo útil, la gente lo usa. 

 

2. La relación entre médico y paciente está evolucionando y el éxito de Doctoralia es un ejemplo. Aún así, los cambios cuestan. ¿Encuentras más barreras en el profesional sanitario o en el paciente? 

A la hora de innovar en la relación médico-paciente, la principal barrera está en el profesional sanitario. A los profesionales nos entrenan para hacer cosas y tratar casos siempre de una misma forma homogénea, de acuerdo con un conocimiento que sabemos que funciona en la mayoría de ocasiones. 

Para cambiar de una terapia hacia otra han de pasar muchas cosas, muchos estudios, mucha gente implicada y, aún así, nos cuesta dejar de recetar ese medicamentos o ese antibiótico que usábamos y que nos enseñaron en nuestro periodo formativo. Somos conservadores por antonomasia y en eso hacemos bien, pero eso se hace extensible a todo. Somos conservadores en nuestro puesto de trabajo, en la forma de hacer las cosas (papel y boli), en no cambiar de proveedor, en cómo tratamos a la gente… incluso los médicos contamos siempre el mismo chiste en la misma situación. Somos muy uniformes. Esto nos hace previsibles y, por lo tanto, nuestros resultados también lo son. 

El problema es cuando quieres hacer algo que sabes que funciona en otros sectores como la cita online o que el usuario deje su opinión, y lo quieres extender a un sector como la salud. Yo soy un predicador por convencimiento, por negocio y, sobre todo, porque me resisto a pensar que no es posible tratar mejor al paciente y que no podemos darles herramientas que ya existen en el siglo XXI. Las organizaciones sanitarias seguimos estando en el siglo XX. 

Un detalle: los dos únicos sectores en los que aún se utiliza el fax son la sanidad, para gestiones como las autorizaciones, y la judicatura porque todo tiene que ir con burofax. Vivimos todavía como hace 20 o 30 años y el resto es… intentar, ir empujando. Y ojalá todo el mundo que piense así fuese empujando desde su sitio, porque poquito a poquito nos moveríamos hacia el siglo XXI, que es básicamente hacer más con menos. 

 

3. Te hemos oído hablar en muchas ocasiones de que el profesional sanitario debería prescribir links y apps a pacientes. ¿Qué tiene que pasar para que esto llegue y se entienda como normal? 

Lo que tiene que pasar es que esta práctica se normalice para que dejemos de hablar de ello. Es como la sanidad digital, que llegará un día que que hablemos sólo de sanidad. ¿Cómo se normaliza? ¿A base de nuevas herramientas revolucionarias? No, a base de un cambio de mentalidad. A base de que los profesionales nos creamos que es lo mejor para el paciente. Igual que prescribimos con mucho voluntarismo que la gente después de un infarto ande 10.000 pasos cada día, también les podemos decir que se compren una pulserita chula que ya venden en muchas tiendas por poco dinero y decirles que así yo, como médico, lo miraré cada día o incluso recibiré esta información. Estamos hablando de normalizar cosas que en muchas ocasiones ya tienen los pacientes. 

Y he dicho cambio de mentalidad, porque no creo que sea un cambio generacional. Yo veo médicos jóvenes y alucino cuando hablan de estar cerca de la persona, de que las máquinas y la tecnología nos alejan del paciente, pero esto no tiene que ir así. No nos aleja que haya trenes entre ciudades, al contrario. Pero otra cosa es que te equivoques de dirección y vayas en sentido opuesto, o solo quieras usar el tren para cualquier cosa. Pero si sabes hacia dónde vas, y las limitaciones que tiene, la tecnología nos puede ayudar y mucho en nuestro trabajo. La tecnología es un medio, no es un fin en sí misma, y esto es lo que nos está costando transmitir. Quizá los que estamos en esto de las nuevas tecnologías en salud debemos reconsiderar cómo hacemos para que la gente del sector entienda que todo esto debe servir para tratar mejor a los pacientes y que además se sientan mejor tratados. 

 

 

4. Además de médico y empresario, eres mentor. ¿Cuáles son los errores más comunes que cometen las startups de salud digital?

Las startups suelen ser proyectos centrados en un producto y los emprendedores se enamoran de su producto. El producto empieza pequeñito, se va haciendo grande y se convierte en un monstruo que nadie ha testado antes; muchas veces no se enfrenta al mercado hasta que es demasiado tarde. El mercado no es “el mercado”, es el señor o señora que va a estar dispuesto a pagar por eso o que va a empujar hasta hasta la saciedad el tema para que alguien pague por eso.

Muchas veces el enamoramiento va cavando el hoyo y la startup se va metiendo ahí. Y de repente se acaban los recursos, miras hacia arriba, preguntas ¿qué te parece el hoyo? y te responden es que yo no quería un hoyo, yo quería una torre. Vaya, pues se me ha acabado el dinero, que me lo he gastado todo en palas. Y ese es el problema de muchas startups. El fracaso es falta de contacto con el cliente de una forma crítica y, por supuesto, hay que ser capaces de aceptar las críticas. 

Resumiendo: una cosa es hacer inventos, que es tecnología, y otra cosa es hacer innovación, que es llevarla al mercado. Nos despistamos y nos cuesta vender. 

 

 

5. Una de las barreras de las startups en salud digital es que en salud no funcionan las mismas estrategias que en tecnología. ¿Cómo deben ser los equipos en empresas de eSalud? 

Relacionado con la pregunta anterior, falta modelo de negocio, falta tener muy claro quién va a pagar por tu producto. Por lo tanto, un equipo bien compensado tiene que tener a alguien que esté en contacto con el mundo real, con el cliente de fuera. 

En España hay muy buenos tecnólogos, pero a menudo en los equipos faltan sanitarios, aseguradoras, pacientes; en definitiva, gente que te diga quién te lo va a comprar. 

 

6. Doctoralia tiene presencia a nivel mundial. América Latina es uno de vuestros principales mercados. ¿Existen grandes diferencias entre países en la predisposición al uso de la tecnología en salud?

En América Latina, el paciente valora más que en España la tecnología como facilitadora de acceso a la sanidad, porque allí la sanidad pública habitualmente es muy floja, no como aquí en España (tenemos una suerte de la que a veces no somos conscientes). 

Allí la sanidad “buena” es la privada, y el tener información, tener acceso a los médicos, llegar antes a ellos, no quedarte en el cuello de botella de las llamadas… todo eso lo valoran mucho. Por eso tenemos un gran éxito en países como Chile, con un millón y medio de usuarios cada mes; en un país de 9 millones de personas es una barbaridad. También funcionamos en México, Brasil, Argentina, Colombia… Es muy potente. 

Pero, sobre todo, el gran tema es la diferencia en la mentalidad de los profesionales sanitarios. Como allí son empresarios, como son autónomos, como son gente que vive de visitar pacientes, saben que tienen que invertir en herramientas que les acerquen, saben que tienen que tener una identidad digital definida y clara, saben que tienen que tener un trato personal con la gente, saben que tienen que potenciar las opiniones de los pacientes sobre ellos… La diferencia se hace evidente cuando tocan tu bolsillo. 

Yo me considero un médico liberal. Creo que los médicos hemos perdido en el diseño sanitario español. Todo el mundo admira el modelo sanitario inglés (que por cierto está quebrado por culpa de los hospitales), pero allí los médicos de familia son autónomos o montan sociedades entre ellos, y están concertados con la sanidad pública. Aquí salvo el modelo catalán de hospitales concertados y las EBAs, y las cooperativas de médicos de familia también en Cataluña, todo el resto se pretende funcionarizar. 

En España los sanitarios somos funcionarios para abaratar los costes de la Sanidad Pública, pero tanto nos hemos dejado maltratar por la Sanidad Pública que al final vienen las huelgas, se sindicaliza un poco la medicina y no era eso, porque entonces dejas de dar el servicio al paciente. La gente era médico por vocación, se dedicaba al paciente y si eras un médico bueno tenías pacientes y ganabas tu dinero y, si no, tenías que aprender a tratar mejor al paciente. Ahora, por el bien del sistema, se ha perdido la esencia del médico. Esto a los dentistas no les pasa. Nadie le discute la profesión al dentista y es de pago. Pero les pasan otras cosas…

Un reto actual es la gestión del paciente, de expectativas, demora de servicios… ¿Ampliamos el sistema? Creo que el sistema sanitario público tiene que cambiar por el bien del paciente y debe hacerlo hacia herramientas como la Inteligencia Artificial y la asistencia no presencial para, entre otras cosas, reducir costes y aumentar servicios. Si en 10 años se va a jubilar el 30% de médicos españoles, ese déficit se tendrá que paliar. Por eso hay que espabilar, pero ya. 

 

7. Terminamos con Frederic… como paciente. ¿Qué tecnología / apps usas para gestionar tu salud y cuál es la que todavía no ofrecen los sistemas sanitarios, pero que te encantaría que se incorporara?

Yo soy Fitbitero de pro, tanto que he probado el Apple Watch y no me ha gustado. He tenido 3 pulseras Fitbit y me va súper bien, por ejemplo, por el tema del sueño. Es importante tener constancia de que has tenido una mala noche, porque a veces no somos conscientes de la falta de descanso y la baja calidad del sueño. Y el tema de andar. Andar 10.000 pasos al día se nota mucho y tener un cuantificador vale la pena. El sensor cardíaco lo utilizo cuando hago spinning por las mañanas, que cuando llego a la oficina me dicen hoy has hecho spinning porque ¡llego con subidón a tope!

De todas formas, lo ideal, y a lo que yo creo que aspiramos, es a que toda esta información que generamos se integre en algún lugar y sea de utilidad para los médicos. Sé que hay psiquiatras que utilizan las Fitbit para medir si sus pacientes con depresión se han tomado o no la medicación, porque la pulsera detecta a la gente que está dos o tres días con poca actividad, quedándote en la cama, etc., lo cual como médico te puede ayudar a descubrir una recaída. Hay sensores que son económicos y, por 6 euros, se podría extender a nivel poblacional, prescribiendo y controlando. Siempre estaría el que le pondría la Fitbit al perro para hacer trampa, está claro, pero, hablando en serio, hacer consciente a la población de que tiene que cuidarse va más allá de palabras. Deben saber que la carrera del corazón se anda cada día subiendo por las escaleras o bajándote una parada antes en el autobús para llegar andando; cuantificarlo nos ayuda a ser conscientes de esos hábitos y de nuestro cuidado. 

Por lo tanto, no creo que haya que esperar a que salga una súper herramienta, utilicemos las que ya hay con un criterio médico sanitario, y que me diga usted lo estoy haciendo bien, mal, si he mejorado en esto, si he bajado 3 kilos porque ando 10.000 pasos al día… esto es lo que refuerza. Se dice que la gente deja la pulsera al mes, a los 3 meses; eso pasa si no le vemos una utilidad. Si tú le das una utilidad, con esa connotación de tratamiento y relación con tu médico, si hay alguien al otro lado dándote feedback, es muy útil. Y el profesional sanitario está apostando por la prevención e intentando ayudar a la gente a que tenga rutinas más saludables, y aquí la tecnología permite cerrar el círculo. Estos pequeños cambios impactan en el sistema sanitario, tanto en la prevención como en el cambio de mentalidad de la población. 

Un ejemplo es Islandia, donde para evitar la alta tasa de alcoholismo en los adolescentes empezaron a obligar a los chavales a hacer deporte hasta los 16 -18 años. Obligados. Claro, cuando te tienes que levantar a entrenar, la noche anterior no sales porque sabes que al día siguiente vas a estar destrozado. Dejas de beber, entrenas, y al final eres sano. En muy pocos años cayó la tasa de alcoholismo en jóvenes. Y, por otro lado, ahí tienes a Islandia en la Eurocopa en semifinales, en balonmano unas bestias… un país de 300.000 habitantes. Una locura. El deporte como palanca de salud a través de decisiones tomadas con consciencia. Y eso es lo que yo echo de menos. No es la herramienta, es el conocimiento. Que alguien se tome en serio el hacer cosas con estos datos. 

 


Frederic in 7 tweets:

El mayor beneficio de la salud digital es:
Mejorar la salud y la calidad de vida de las personas.

Liderazgo es:
Quedarse con las mejores ideas aunque no sean de uno.

Un libro:
Todos los de Juego de Tronos. He disfrutado mucho. Luego he visto la serie y todo.

Una película:
Todas las de superhéroes. Me encantan, es algo superior a mí.

Un superhéroe (y por qué):
Ironman, porque es un tío que no tiene superpoderes, lo que tiene es inteligencia y chulería. Crea tecnología y a partir de ahí se convierte en superhéroe (Es cierto que lo que sí tiene son recursos económicos infinitos, pero los usa para ser superhéroe, no para comprarse locales y edificios para poner Zaras)

Una canción:
Cualquiera de Sinatra.

Un paisaje:
Las playas de Tarragona, que afortunadamente no han sido descubiertas por el gran público. (Vaya, quizás no tendría que haber desvelado el secreto…).

 

***

 

Si te ha gustado esta entrevista, publicamos más contenido en profundidad en nuestra newsletter en inglés: THE WAKING PILL, eHealth news for people who take the lead

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