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21/May/18

No más “pilotitis”: pongamos un final feliz a los pilotos en salud digital

Jorge González, director de Ticbiomed, reflexiona sobre cómo incrementar el ratio de implementación de los pilotos de éxito en salud. Es el punto de partida de un diálogo que continuará en HIMSS Europe & Health 2.0 Conference el 29 de mayo en Sitges.

Presiento que este es el comienzo de una gran amistad no es sólo una famosa frase de la película “Casablanca”, es también esa afirmación que a la mayoría de las empresas que participan en proyectos piloto les gustaría escuchar de boca de las organizaciones sanitarias. Y no sólo eso. A muchos responsables de innovación les encantaría poder decírsela a las empresas.

Pero, si tienes experiencia en pilotos de salud digital, ya conoces el final de esta película: la encantadora chica abandona el país a pesar de estar enamorada del protagonista, al igual que la empresa abandona sus brillantes opciones de futuro a pesar de que el piloto haya funcionado bien. Sí, esta película lleva la etiqueta de drama, que en el sector conocemos como death by pilot (la muerte de los pilotos).

No estoy aquí para ser pesimista, pero seamos sinceros: muchas cosas tienen que cambiar si queremos una película con final feliz. Es cierto que en Estados Unidos parece que la situación está mejorando, pero mi percepción en Europa es que seguimos teniendo demasiados puntos débiles; especialmente cuando se trata de pilotos co-financiados con fondos públicos de programas de innovación, ya sean europeos, nacionales o regionales.

Comparto un ejemplo. Hace no mucho participé en un proyecto en el que, de 7 pilotos testados, 5 lo hicieron con éxito. ¿Adivinas cuántos se implementaron? Sólo uno, que además no consiguió saltar la barrera y ser replicado en otros hospitales. Así que aquí tenemos la trama de nuestra película: a pesar de que la innovación pase el examen y los usuarios la acepten, sigue existiendo un indicador muy elevado de muerte de los pilotos. Y yo me pregunto: si aquellas organizaciones que han co-creado la solución de salud digital luego no están dispuestas a incorporarla, ¿quién lo hará?

El villano de nuestra película

Toda película tiene un tipo malo y esta no va a ser menos. Allá vamos. Creo que hay mucho más dinero destinado a proyectos de I+D+i que a intentar dar salida a esas soluciones que han demostrado tener éxito. Además, son muchas las ocasiones en las que las personas a cargo del piloto dentro de la organización sanitaria tienen escasa comunicación con el resto de departamentos encargados de adoptar la innovación. La consecuencia es que, aunque el piloto funcione, los otros departamentos se desentiendan y no se pase a la fase de adopción.

Por otro lado, tengo la impresión de que participar en pilotos de investigación se convierte a veces en un negocio en sí mismo para la unidad hospitalaria que lo solicita. El principal interés no es entonces poner en valor el resultado del piloto, sino conseguir la siguiente ronda de financiación pública para empezar con otro.

¿Consecuencias? Todas malas. No incorporar aquellas soluciones digitales que se han demostrado exitosas son una pérdida de dinero, de tiempo y de entusiasmo. Despiertan el escepticismo de los profesionales sanitarios a la hora de participar en futuras actividades innovadoras, además del elevado coste de oportunidad de la inversión pública que se destina a apoyar la innovación.

Tres propuestas para un final feliz

Si se consigue incrementar el ratio de implementación de los pilotos de éxito, habrá un claro impacto económico para las empresas europeas que les ayudará a convertirse en referentes mundiales. Por eso los pilotos deben ser considerados el principio de una bonita  —y duradera—  amistad. ¿Cómo? Comparto tres propuestas dirigidas a nuestros tres principales personajes: los programas de financiación, las empresas de salud digital y las organizaciones sanitarias.

Programas de financiación que exijan un compromiso de implementación.  Por ejemplo, el organismo financiador podría  específicamente solicitar el compromiso de la organización sanitaria y apoyar aquellos proyectos con mayor credibilidad. Este escenario forzaría a un mayor alineamiento entre investigadores, adquisidores y directivos desde el primer momento.

Startups que entiendan y negocien qué se considera éxito  y qué pasa si dicho éxito se consigue. Cuál sería el plan de adopción si todo sale bien. Porque si la empresa, al principio, sólo quiere que el cliente se enamore de la innovación y deja para luego las opciones de compra, el resultado será que no sobrevivirá al valle de la muerte. Especialmente si la necesidad insatisfecha ha sido definida por una fuente externa de financiación y no directamente por la propia organización sanitaria.

Los impulsores del piloto deben pensar en la escalabilidad dentro de las organizaciones sanitarias. Los profesionales sanitarios me cuentan que ellos dan por hecho que la mayoría de los pilotos van a tener éxito. El resto es, por lo tanto, si el piloto conseguirá paulatinamente escalar y tener continuidad más allá de la unidad que lo ha testado. Para conseguirlo, impulsores del piloto deben mirar más allá de la excelencia tecnológica y del valor clínico o económico, prestando más atención a asegurar que la innovación será adoptada por el resto de la organización.

No más tócala otra vez, Sam

Estas reflexiones que acabo de compartir son tan solo el punto de partida de un diálogo abierto e internacional. Porque somos muchos los que no queremos seguir escuchando la misma triste canción una y otra vez. Si te apetece saber más o quieres compartir tu opinión sobre cómo mejorar la implementación de los pilotos en salud, lo siguiente que debes hacer es apuntarte a HIMSS & Health 2.0 Europe Conference en Sitges. Te esperamos el martes 29 de mayo en el taller titulado ‘Moving Digital Health Beyond Pilots – Leading Change Toward Future-Proof Health Systems’.

Un grupo de expertos en salud digital nos sentaremos juntos para tener un papel en la película con final feliz. Porque este puede ser el comienzo de una gran amistad.

Jorge González

Director de Ticbiomed y  Future50 by HIMSS Europe 


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